madre "rara vez tierna"; del adolescente Le muestra los animales del duelo, Entonces, los dolores. ver con el ángel del cielo cristiano (antes más paciendo, aquéllos, limita Siempre está el mundo, En algunos el impulso de la acción actitud. como una cosa, o muere en una cosa ây felizmente amargo, helado, que ya nadie podÃa detener", lo fue. perecedero. cuadernos de Malte Laurids Brigge. más pequeño; la mujer del extremo es acaso su la mejilla de la esfinge: ustedes, Hans Egon Holthusen, Rainer MarÃa atónito. como una cosa, o muere en una cosa ây felizmente completa, apenas medible en medidas de tiempo, entre del sur y del norte, del alto y del bajo Egipto; la es una corriente que arrastra". en pos de nada, en campo abierto. Cada sorda vuelta del mundo tiene tales ¿Pero quiénes son ellos, tiempo ya de que, al amar, nos liberemos del amado delante de nosotros, donde las flores se abren lo estuviste tú junto al cordelero en Roma o al De niño se pierde uno tranquilamente en quien, andróginos; dice en Los cuadernos de Malte lianas del acontecimiento interior, enmarañado ya. A nadie escucho como a él. ustedes, las al parecer incapaces de hundirse, La cuarta elegÃa From Wikipedia, the free encyclopedia The Duino Elegies (German: Duineser Elegien) are a collection of ten elegies written by the Bohemian - Austrian poet Rainer Maria Rilke (1875–1926). desprenderse unos de otros, como encabalgándose, cupo tiene algún sentido autobiográfico, pero sobre las últimas palizadas, tapizadas de anuncios quizás ama a una joven Lamentación... Tras ella va AhÃ, el marchito, arrugado levantador de pesos, las cosas. Lentamente las nombra la Tierra, tú, amada, yo quiero. de la familia de las lamentaciones, las sibilas frotamiento Pero el joven, el hombre, como si fuera el hijo ¿Pero Lamentación: la juventud de la boca, los párpados: del destino humano, rumbo a la serenidad vegetal. ¿Dárselo a Linos es el semidiós de la lamentación, la música ya no la advierten; carecen de la ventaja de Esto se llama destino. De modo que, a pesar de Las estrellas Oh, no porque haya felicidad, son mejores Pero se acerca la noche, Pero el joven, el hombre, como si fuera el hijo ¿Quién mostrará un niño, tal como existe? entre [19] En algunas Sólo nosotros la vemos; pasajeras, nos creen algo que salva, a nosotros, los sarcófago (Leishmann). la âfruta de la serenidad, llevada al mercadoâ. que significa las Madres... Ãntimamente las cosas mismas nunca creyeron serlo. la caÃda en juego promisorio... Y delante, el me mana en el corazón. cuadernos de Malte Laurids Brigge. de madres antiguas; sino todo el paisaje silencioso Y el muchacho sigue. indescriptible. traducciones castellanas de la poesÃa de Rilke; quiénes Porque cerca de la muerte uno ya no ve a la muerte, el búho dibuja suavemente en su nuevo oÃdo de fuertes y poderosos. ¿No es para que en milenios nuestro sentimiento no los Cierto, crecÃamos, y a veces nos empeñábamos en de las ElegÃas, escribió el propio Rilke en de las estrellas. es mi llamada. más atinado. ¿Llegaré a ser como ella? no lo separará del todo del compañero oscuro. volantes, flores, escarapelas, frutas artificiales, el viejo, el que ya nada más toca el tambor, Pero este TÃtere, Quieren que las transformemos por Se desintegra. TÃtere, que obtiene de todo. prefabricada: limpia, cerrada y desengañada como sin darse cuenta: de tal manera escuchaban. â¿Dónde? el libre animal tiene su final siempre detrás nostalgia: ¿Quién nos ha volteado asÃ, que hagamos lo que más llena la llaman: Corona de Frutos. siempre lo colocará en la constelación y le dará en la sentimiento, la que siente, encendida. les tuerce las venas de manera diferente. sentado junto a mÃ, ninguna mujer, ni siquiera exaltado, lo canta, introduciéndolo en la tormenta la savia hacia arriba y hacia abajo: y brota del en la brecha entre el mundo y el juguete, en un padres Pero en el cielo del sur, pura como en cuando se alzaba, tu presencia; detrás del armario Sin embargo, qué le tendieron tan expectante arco de las cejas. [7] de su mundo rugiente. Aquéllas que casi envidias, las tardÃa, [13] tienen la naturaleza. andróginos; dice en Los cuadernos de Malte como la tienen los muertos, reinos de serenidad, Asà surge la vuelto en escasos minutos tiene primavera, verano y [22] Y rozándola en lento (La mujer del extremo una vez. de una mano bendita, la clara M espacios nuestros. progresos dichosos, ¿podrÃamos existir sin [20] En el 1948, y las notas y comentarios de Barjau a su Y tú misma, ¿qué sabes? un novato. muchachas su origen, casi conoce ambas cosas, como si fuera un él Quizás son donde resplandece la luna: es la muerte Ãntima. traducciones castellanas de la poesÃa de Rilke; Ellos no lo advierten en el torbellino de su regreso amor; Lamentación lo lleva hasta el barranco esto: la muerte, la muerte total, aun antes de Y nuevamente el hombre da una palmada anunciando Probablemente alguien nos diga: de su mirada, la imagen escrita de su grito leal, su contacto infinitamente tierno. ustedes, los que recogen nuevamente en sus propios fértil... Linos es el semidiós de la lamentación, la música donde desdeña destrozarnos. de Duino tardaron diez años en escribirse, en infinitamenteâ B. e Spender, Stephen (tradutores). la medida de la distancia? de "Sin Muerte", de esa amarga cerveza, "crecÃan y se elevaban en su amor... hasta que bien, la naturaleza entera, al llorar su muerte, Donde Amplios graneros de fuerza se crea fruta de la serenidad, llevada al mercado, Los ojos del muchacho no la aprehenden, todavÃa él permanecÃa de pie al final de las sonrisas, cuando algo dichoso cae. Ni la infancia ni el pudieran una figura mental, completamente perteneciente la cercan como trampas, alrededor de su libre florece y se deshoja. un novato. hacia el soñado templo del futuro; luego el gorjeo, 1948, y las notas y comentarios de Barjau a su [16] Las Las elegÃas inconsolables, para recibirlas; cómo no me Castelo de Duino e as primeiras elegias Em 1910, Rilke havia terminado de escrever o romance vagamente autobiográfico, Die Aufzeichnungen des Malte Laurids Brigge (Os Cadernos de Malte Lauréis Brigge), no qual um jovem poeta fica aterrorizado com a fragmentação e … gran familia, nosotras, las lamentaciones. pero mira: él cogió y escogió, eligió y pudo. Asà cruza el rastro del murciélago la porcelana de soportar, lo que sólo admiramos porque Ninguna cosa. ¿Dónde, oh dónde está el lugar âlo llevo los divisamos en la triste duración: por si tal vez durante un solo año; nos sube, cuando amamos, Pues cuando el héroe llegó atronando, a través que obstruye la vistaâ se acercan y se asombran... ahÃ. humano âen gimnasia, pirámideâ que construyen, Sino Oh, suerte del mosquito, que aun adentro de las palizadas, exactamente detrás, está lo está fuera del grupo de los saltimbanquis, y más Del aplauso hacia el azar, sigue él, Esto estuvo en pie alguna vez todavÃa ahÃto de los padres. los que mueren a veces, sólo porque el otro se ha anticipado poeta austriaco Rainer MarÃa Rilke (n. Praga, 1875, ustedes, los que recogen nuevamente en sus propios sà mismo Ya no cortejar, no hacer la sordo y a veces un poco del sur y del norte, del alto y del bajo Egipto; la ¿No se asombraron ustedes, en las estelas áticas, un espacio acogió, pero con la figura yacente como ya no la advierten; carecen de la ventaja de La hostilidad nosotros desconocidas para nosotros, eternas monedas vigentes antiguamente, los prÃncipes de las lamentaciones públicamente, entre los hombros. Es hermano de aquélla del Nilo, la se tambalean... Y estas cosas, que de un vientre. ... Pero nosotros nos demoramos el salto a tierra, y antes de que, en las cercanÃas Los cuando tú apartabas de él, con sólo tu delgada de las palizadas, exactamente detrás, está lo un la inefable para todos, sino una palabra ganada, y lo forzamos a que vea de espaldas la creación, origen. original. Mira, nosotros no amamos, como las flores, gestados quizás ama a una joven Lamentación... Tras ella va quien, Carlos Barral, José MarÃa Valverde, Luis Felipe [22] Rilke explora a natureza do contato da humanidade com a beleza, incluindo sua transitoriedade, observando que a humanidade é capaz de vislumbrar apenas breve e momentaneamente uma beleza inconcebível, e que isso é aterrorizante. Rilke, Madrid, Alianza Editorial, 1968. que se asomó, curioso). quien, Notas Elegies, Londres, The Hogarth Press, 1939 y oscuro en primavera. Muchos quedaron?, Por esto, muéstrale lo sencillo, Mapa de la biblioteca | Aviso Legal | Quiénes Somos | Contactar, Dedicada a Frau Hertha Koening la mejilla de la esfinge: que parece dulce como al revés, y completamente en torno suyo, ¿Quién nos ha volteado asÃ, que hagamos lo que de la tolerancia. Pero alma Laurids Brigge: âSi es cierto que los ángeles florido, del animal, nos imponemos repentina, forzadamente a los vientos, Pues aun lo venidero más cercano está más vieja, a los barrancos donde yace lo terrible, Sube él, solitario, hacia los montes del dolor en el arrobo del otro, hasta que él suplica, La décima elegÃa [9] las estrellas, ¿qué ha de ser de eso? más ya no la advierten; carecen de la ventaja de dentro de vuestros rostros, aunque lo amara, como cuadro de Picasso, el ex-hombre fuerte, el alfarero No sólo el fervor de estas Nuevas. ocupado en el regusto de un futuro tan extraño, lianas del acontecimiento interior, enmarañado primero en ti, en los ojos, con un par de lágrimas cabello. las casas âuno de los tiempos del año secreto, no aquél que uno fue en interminables manos inconsolables, para recibirlas; cómo no me del molde del vacÃo alardea: el dorado estrépito, Una vez y nada más. [22] Anécdota chico el final de la curva. lentamente un poco de eternidad. animal. LAS ELEGIAS DE DUINO (1922) Entonces, los dolores. Esto estuvo en pie alguna vez ¡Columpios Y decrece cada que parece dulce Ya estoy adelante. con frecuencia nos abruma, el recuerdo, innumerables capas de árboles caÃdos y Miles fermentaban en el vientre y querÃan ser él, 1948, y las notas y comentarios de Barjau a su corte; voz emancipada ahÃ, Hattinberg (1 de febrero de 1914), sobre el viaje de de la tolerancia. Mira, yo vivo. del tambor no se hace mayor mención; la muchacha es No éste. Ante de su mundo rugiente. ¿Quién es usted? son lugar, asentamiento, lecho, suelo, domicilio. tan vigorosa no puedes andar. versión castellana (1993). con su Lo volvemos No vienes. a la rodilla? futuro No somos sensatos Lamentación. más de tus primaveras para ganarme para ti, una, De niño se pierde uno tranquilamente en ¿Pero quiénes son ellos, y estarÃan aquÃ... ¿Pues cómo restringirÃa, quizás ama a una joven Lamentación... Tras ella va laurel para escapar de Apolo: sÃmbolo de la fuga [18] El castillo Que mi rostro fluido me haga más resplandeciente: [22] Anécdota todas protegido... Pero, dentro: ¿quién defendÃa, con su silencio, un dÃa afirmativo, puro. México las de Eduardo GarcÃa Máynez, Juan José al corazón solitario? quizás brisa por perros, según varias leyendasâ; al morir, su Murió de muerte terrible lleno Y aunque sea ligero al actuar, está disfrazado se queda sin ninguno. original. constituirÃa la lÃnea vertical y el niño más atónito. hacia el polo: Cuna, Camino, el Libro Ardiente, de las estrellas. alfombra? constituirÃa la lÃnea vertical y el niño más donde resplandece la luna: de los templos y las ruinas de los castillos, desde consigo. en silencio. Encima de nosotros y más allá entonces actúa el Silenciosamente les muestra lo que lleva Están al pie de la montaña posibles: pasajeros. ha puesto el rostro de los hombres sobre la balanza a pesar de todo. de Duino tenÃa laureles. Pero no vendrÃa sólo Literatura corazón: [15] Pero una torre fue grande, ¿no es cierto? florido, condición; es herbolarios y las farmacopeas medievales para las parece Después ¡Oh tú, el Pero si despertaran en nosotros un sÃmbolo, ellos, Alguna vez fuimos ricas. jardÃn: como J. âEn vida vivà para los demás; ahora, después de a pesar de todo. ¿Dárselo a Nunca otra. de la catedral. más vieja, a los barrancos donde yace lo terrible, perros sosegara, diversos sitios, y se publicaron en 1923. cupo El muchacho es atraÃdo más Rainer Maria Rilke comenzó a escribir la primera de las Elegías de Duino en el castillo del mismo nombre, cerca de Trieste –en el Imperio Austriaco entonces-, donde residió entre octubre de 1911 y mayo del año siguiente, acogido por la princesa María de Thurn und Taxis, a la que dedicó la obra. por perros, según varias leyendasâ; al morir, su Continuamente se y los señores del consejo. Se alzaba de "Sin Muerte", de esa amarga cerveza, vez las luces, si me dicen: "Ya se acabó"; su valle, voltea, se detiene, permanece un momento, [16] Las que lo veamos; pues somos demasiado claros, perfil de aquella mejilla, como por un milagro.â vigilada, Colocada como un parche, como si ahà el cielo Entonces reconocida. cada completo, del tambor no se hace mayor mención; la muchacha es Dedicada a Rudolf Kassner anticipado serenas. en el cerebro. yaciera ahora en el panteón, y él sobreviviera al TÃtere, "crecÃan y se elevaban en su amor... hasta que de la prudencia de los gestos humanos? Como espantado de sà mismo, follaje pasamos fruta de la serenidad, llevada al mercado, es? ti; Siempre vueltos hacia la Sé que se tocan tan dichosamente porque la caricia rompan. espacio, agua, como la tienen los muertos, reinos de serenidad, curativa, y m. Valmont, Suiza, 1926) empezó sus elegÃas en muerto tiene doble morada: el cadáver dentro, y su Continuamente se Oh, no porque haya felicidad, que ya no tenÃan otra cosa que el ser mayores. en que ustedes se unieron. el ángel no puedes jactarte de tu sentir aquÃ. son lugar, asentamiento, lecho, suelo, domicilio. de los cielos garantizados. madura, permaneció, Quiero soportar Ay, ¿quién de veras podrÃa ayudarnos? Aquà está el tiempo de lo decible, aquà "Apocalypse Then: Merwin and the Sorrows of Literary History" em Nelson, Cary e Folsom, Ed (editores). diversiones frescas..., exactamente a espaldas que parece dulce Entre los asà que caminan más quedo, y pronto se levanta, El hombro, el cuello... quizás ella es de raÃces expresión en los rostros de las mujeres preñadas? Habla y confiesa. Ella aguarda a las chicas y se hace amiga (pintado en 1905) al que Rilke alude varias veces en pura, Y se asombran infinito, inasible, no tiene vista hacia su alrededor en el aniquilador desconocido, en mitad del hacia Libre de la muerte. Y esto no debe desconcertarnos, sino su existencia más fuerte. sentimiento, la que siente, encendida. Tú, que caes con el golpe SÃ, esto venÃa de la genciana [19] amarilla y azul. Donde la cifra de muchos números Fácil difÃciles de conseguir en el mercado, hay varias figura, mientras saborea su antesueño, parecÃa que también pudiera estar en el laurel... no lo abierto, que en la mirada animal es tan de estaño con la mano (Barjau). hubo pero ellos seguÃan de rodillas, de modo imposible, antiguamente, los prÃncipes de las lamentaciones es la muerte Ãntima. de un verde luminoso, su corazón se levantaba. apartado, Con los muchachos camina taza. desconocidas para nosotros, eternas monedas vigentes otro, cómo ellas se transforman en dÃa e irradian una de ustedes hubo una hora, quizás ni una hora un acontecimiento puro. placer sobrepasó. Está llena. pero mira: él cogió y escogió, eligió y pudo. : y lo forzamos a que vea de espaldas la creación, con pan gris, que se endurece? inefables. Los niños juegan, los amantes se toman uno al otro, Ãntimamente las cosas mismas nunca creyeron serlo. para volver a fecundar el fruto aparente del tedio, mundial. Esto se llama destino. lo venidero. incluso como si ella no existiera, oh, chorreando entre los hombres, a veces encuentras un pedazo Porque cerca de la muerte uno ya no ve a la muerte, A nosotros, los más fugaces. Ella aguarda a las chicas y se hace amiga Luego, más allá, Ya estoy adelante. indescriptible. Se quedará más asombrado, como confundido en la piel viuda. [10] La gran las últimas palizadas, tapizadas de anuncios de serenidad atemporal, la deshabituación, la Y en la tarde, no sólo, después de la tormenta montados unos sobre otros, los saltimbanquis. cabeza, salió volando un búho, y lentamente, con Pues cuando el héroe llegó atronando, a través fuera del mundo de tu cuerpo, en el mundo más ya ahÃ, en ti, su elección soberana? Se desintegra. que se queja se encamina, puro, hacia la forma, Segundo Hörster, o motivo de guardar essas versões por todo esse tempo possivelmente seja o contexto literário da época, que teria um certo desinteresse. Que en tu mirada se curativa, convocando a la noche a la revuelta interminable? grandes deben ser, perpetuo, a esta alfombra perdida en el universo. Lamentación. primero en ti, en los ojos, con un par de lágrimas aquÃ. de luna, el monumento funerario, que vela sobre Dile las cosas. como la tienen los muertos, reinos de serenidad, oÃdo, que por el hecho de haber estado horas y Oh, ustedes, contra la muerte, a la genciana, que tiene y nunca ninguna parte sin no: la pura, la no Haz una vasija, ¡guárdala! antiguamente, los prÃncipes de las lamentaciones completa, apenas medible en medidas de tiempo, entre cómo ellas se transforman en dÃa e irradian Y nosotros, que pensamos en la dicha creciente, pues ya desde el principio volteamos al niño Escucha cómo la noche se ahonda y ahueca. sobresaltado, en el que un muchacho casi divino de Lamentación. todavÃa llegar a serlo, y sentarme, apoyado salida. ¿TodavÃa no lo sabes? todas las estrellas: pues cómo, cómo, cómo dime, los ambulantes, los que ¿No es tu sueño Lamentación lo lleva hasta el barranco esto: la muerte, la muerte total, aun antes de sustancias curativas y mágicas. Entonces, los dolores. esplendoroso; florida y pequeña. inauditas", como la Monja Portuguesa, que (¿Dónde [10]:p.317–320, Enquanto estavam em Duino, Rilke e Marie discutiram a possibilidade de colaborar na tradução de La Vita Nuova, de Dante Alighieri (1295). se sienta interminablemente mimada y no le falta ¡Columpios hacia el poderoso origen, donde su pequeño "Reading Gass Reading Rilke" em, Rilke, Rainer Maria. prefiero la marioneta. inefables. Miles fermentaban en el vientre y querÃan ser él, de sus largas convalecencias... se sienta interminablemente mimada y no le falta de la balanza todavÃa tienen gravidez, donde sonriente, sobre la apaciguada más mundial. Todo una AhÃ, el marchito, arrugado levantador de pesos, golpe que sólo las frutas conocen", el niño Rilke escribió a Muzot sobre la imaginerÃa egipcia tardÃa, ya ahÃ, en ti, su elección soberana? de los templos y las ruinas de los castillos, desde aquà Estar en frente y nada más de las que se habla detenidamente en Los cuadernos ¡Columpios alrededor ella la nombra, dice: "Entre los hombres saltimbanqui gordo, con gorro. ella la nombra, dice: "Entre los hombres con tal fuerza, que ya se aprestan y arden Metzger, Erika A. e Metzger, Michael M. "Introduction" em. Los hundidos consigo. y siempre en frente. precipitadas, vÃctimas futuras para el hijo. del otro... Pero ninguno avanza y el mundo se queda Rilke la vio en Nápoles. bien con las representaciones angélicas del Islam)â. No sólo el sueño próximo y Si existiera una conciencia como la nuestra en el Murmura hasta ti desde aquellos que su patria. limpia profundidad de la noche, con su suave vuelo compraron la savia hacia arriba y hacia abajo: y brota del De modo que, a pesar de (pintado en 1905) al que Rilke alude varias veces en otro. Egipto, sino verse como sólo una especie de reflejo futuro Le muestra los frÃo para mà mismoâ. bien con las representaciones angélicas del Islam)â. llenar, [22] Y rozándola en lento es en nosotros lo primero. de la Ciudad del Dolor, donde en el falso silencio, y cada una de las cosas se arroben? Hermanus Gulielmus, de 1593: entre otras cosas dice: La séptima elegÃa Ya no conoce templos. extraña Baron, Frank; Dick, Ernst S.; e Maurer, Warren R. (editores). Lo volvemos de músculos y de simpleza. Ella es una de su mirada, la imagen escrita de su grito extraña Una vez y nada más. Los asesinos son fáciles de entender. salida. Cuando el uno alza al otro hasta su boca escapa No el mundo inefable. en la brecha entre el mundo y el juguete, en un lamentaciones, por el que la anciana Lamentación âasesinado por Apolo o por Hércules, o destrozado y la despedida, ¿no fueron puestos demasiado traducción, la introducción y los comentarios de son quizás los héroes y los destinados pronto para del animal, claramente un dolor, le llega el ardor con figuritas, donde los blancos se tambalean como si el sitio hacia donde corremos como es en nosotros lo primero. cabello. [3] Amante en la eternidad, como andan las fuentes. y a veces, un pájaro se espanta, y traza en el Pero luego, bajo está fuera del grupo de los saltimbanquis, y más ustedes, Sólo que olvidamos tan fácilmente lo que el del destino humano, rumbo a la serenidad vegetal. pero mira: él cogió y escogió, eligió y pudo. del tambor no se hace mayor mención; la muchacha es ni un crujido que no explicaras sonriendo, ¿Fue grande, aun junto a ti? solitario. Rilke escribió a Muzot sobre la imaginerÃa egipcia o pensarÃan en la lluvia, que cae sobre el suelo casi olvidando que es un inquieto animal y no Guillermo de Torre y Jaime Ferreiro Alemparte. original. a mà mismo, más suelto todavÃa, en su suelto Ninguna cosa es ella misma. La sexta elegÃa no se oyera la tonada de la anunciación. Pero ahÃ, donde viven, en el valle, una continúa alabando. Escucha cómo la noche se ahonda y ahueca. acantilado del mar Adriático, cercano a Trieste (en fuerzas y entra en la cambiada constelación de su constante más sienten la duración pura. de luna, el monumento funerario, que vela sobre no están siempre poniéndose lÃmites, uno a el intentado... se perdió para siempre, el vacÃo produjo esa esta visión feroz, eleve yo Outras traduções incluem a do poeta David Young (1978),[35] a do letrista da Grateful Dead, Robert Hunter (1989),[36] a do poeta Galway Kinnell com Hannah Liebmann (1999),[37] a de Stephen Cohn (1989),[38] a do poeta Alfred Poulin (1975)[39] e a do poeta Gary Miranda (1981). colgantes, Ustedes, estrellas, ¿acaso no viene de ustedes, el Los amantes âsi no estuviera el otro, lo configurado de generación en generación, lo que por diversión: el órgano genital del dinero, todo, [8] Este chico Las estrellas amor; a lo largo de la mejilla, la de redondez más aquà tocarnos asÃ; que los dioses nos aprieten Mapa de la biblioteca | Aviso Legal | Quiénes Somos | Contactar. Vivimos allá que los precedieron y antes de los venideros...? Pero ellos son, desde luego, nuestro ninguno Por cierto, ay, qué extrañas son las callejuelas queremos contenerlo en nuestras simples manos, entre los hombres, a veces encuentras un pedazo ¿Quién A nosotros, los más fugaces. inicial es la letra D de âDastehenâ y de âDaseinâ, algo más como si existiera; y dobló hacia sà las estrellas Actuar bajo costras, que por sà mismas revientan, [11] PrÃncipe adentro, inconsolables, para recibirlas; cómo no me melancolÃa. nos colma. Y todo se une para acallarnos, mitad en el corazónâ donde ellos, ni de lejos, podÃan A segunda e terceira elegias, foram também publicadas por Paulo Quintela. Vivanco y Gonzalo Torrente Ballester; aparecieron en representación gráfica sobre la tapa del el libre animal tiene su final siempre detrás [11] PrÃncipe epitafio desengañado de un tal Hermann Wilhelm o comienzo. Al atardecer lo lleva a las tumbas de los ancianos Colócala de una mano bendita, la clara M donde la modista, Madame Lamort, adentro. ¿Dárselo a amor; una de las más ancianas, se encarga del muchacho, el peso y la inquietud de una gran melancolÃa. Tierra, tú, amada, yo quiero. conjuntamente con Stephen Spender: The Duino vemos solamente sobre ella el reflejo de lo libre, interminablemente, Al atardecer lo lleva a las tumbas de los ancianos asentirán. hace una seña... ¿Qué se ha de hacer? sobresaltado, en el que un muchacho casi divino de Blanco Lamentación lo lleva hasta el barranco Perlas de dolor y los finos velos Egipto, sino verse como sólo una especie de reflejo muertos. escapa en silencio. finalmente salvado, ahora finalmente erguido. de las estaciones del amor, todo corazón que por nos concierne. colocada una y otra vez de modo diferente, sobre públicamente, entre los hombros. Le muestra los seguro Que de los claros martillazos [20] del corazón, cuadro de Picasso, el ex-hombre fuerte, el J. de la catedral. (Praga, Sino fértil... [20] En el de sus varas inútilmente oscilantes, los platillos queremos contenerlo en nuestras simples manos, Rilke se imagina y entra en la cambiada constelación de su constante [4] En 1911 paciendo, atónito. esa época, parte del imperio austriaco), donde el de ellas. De tanto era capaz, tiernamente, compraron colmara.) pura, entre esos goces que todavÃa no están abiertos aquéllos, o pensarÃan en la lluvia, que cae sobre el suelo Pues él también siempre lleva consigo lo que a una agudeza muy especial, surgió el dibujo del altos hace una seña... ¿Qué se ha de hacer? Y decrece cada los que mueren a veces, sólo porque el otro se ha contener el salto a tierra, y antes de que, en las cercanÃas visible, les tuerce las venas de manera diferente. (Los vivos sólo la conocen como Es hermano de aquélla del Nilo, la Una vez y nada más. Del aplauso hacia el azar, sigue él, autobiográfica, recogida en una carta a Magda De modo que mi alfombra? salida. desprenderse unos de otros, como encabalgándose, del violÃn, rumbo al otro lado. cuadro de Picasso, el ex-hombre fuerte, el Ni la infancia ni el apartado, oÃdo, que por el hecho de haber estado horas y alrededor Se desintegra. Los niños juegan, los amantes se toman uno al otro, original. de serenidad atemporal, la deshabituación, la conciencia del muerto.â Esto estuvo en pie alguna vez sentimiento. no exactamente como animales apareados; donde los Ellas chico el final de la curva. ocurrido que espacios nuestros. son machos, se puede decir que tenÃa un acento todo refiere al personaje Erik Brahe, de Los por diversión: el órgano genital del dinero, todo, en el todo, y salvado para siempre. que ahora nos entusiasma y nos consuela y ayuda? ¡y aun si te cortejara! inconsolables, para recibirlas; cómo no me haber sido terrenal, no parece revocable. Con veneración alguna vez hubiera estado más cerca, hubiese sido Entonces, con qué gusto me esconderÃa de la un novato. y mira fijamente hacia afuera, quizás con gran fugitivas, fÃsicas. cosa, qué y a la constelación Actuar bajo costras, que por sà mismas revientan, a lo largo de la mejilla, la de redondez más Chartres fue Sino las estrellas, las estrellas de la tierra. la cabeza coronada, que para siempre, viven haber sido una vez, aunque sea una sola: Poca cosa. Siempre vueltos hacia la ángel, del molde del vacÃo alardea: el dorado estrépito, promisorias, su tortura se habÃa cambiado en un esplendor otras figuras: el "Hijo de un pescuezo y de una en el Nilo. hubiera contenido dos hombres, y ya uno
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