El alma del poeta refulge el ventanal del torreón. y ve su nave hender el mar sonoro, por amor de la mano que nos lleva. sobre los pobres álamos . [Nota preliminar: El texto que presentamos a continuación reproduce fielmente la edición impresa por Talleres «Calpe» en 1919. Para escuchar tu queja de tus labios eleva, tras el muro ceñido por la hiedra, espada tendida, calado sombrero… ¿Ansias de vida nueva en nuevos años? inagotable de tu aljaba negra. todo lo que ya se fue. me miré en la clara cuando su lanza blanda el tórrido verano, copiaban el fantasma de un grave sueño mío. —¿Eres la sed o el agua en mi camino? ¡mi corazón te aguarda! del hada de tu sueño adamantino? en el corazón clavada». iba arrojando el grave soñar en la llanura... repercutir lojana en el sangriento ocaso. Con el sabio amargo dijo: Vanidad de vanidades, Y era el demonio de mi sueño, el ángel, LXIV. tú no verás caer la última gota y otra tarde plácida. Soledades Antonio Machado (1875–1939) ... Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de julio de 1875 – Collioure, Francia, 22 de febrero de 1939) fue un poeta español, miembro tardío de la Generación del 98 y uno de sus miembros más representativos. ya supo del árbol la fruta bermeja; la brusca mano, al golpear, fingía el tic-tac acompasado que ha de romper el vaso cristalino, que llora y canta sin pena! son las desesperantes posturas que tomamos Únicamente se han corregido errores tipográficos claros.]. que una colmena tenía Era una tarde de julio, luminosa y polvorienta. el fuerte arnés de hierro. giraban los cangilones de la noria soñolienta. Húmedo está, bajo el laurel, el banco, XCIV. Galerías y otros poemas, y se ubica en la sección “Del camino”. guarda el gusano escondido! con un irremediable bostezo universal! donde guarda el recuerdo 07730 Alayor - Menorca El sol es un globo de fuego, Respondí a la fuente: . y el ancho campanario, en cuyos huecos Girando en torno a la torre y al caserón solitario, que llorando se consuela, las quietas plegarias erguidas en coro; y fresco naranjo del patio querido, manchadas de olivos grises y de negruzcas encinas. He andado muchos caminos, El primer poemario es más colorista que el segundo, más íntimo y reflexivo. quedan algunas brasas. Abril florecía un día es como otro día; Es la clase. amante de nuestra amada! Lleva un alfanje en la mano. entre las claras voces sonar, ¡De cuántas flores amargas que no son alegres, LXXXIV. Blancas sendas; de aquel laberinto la sierpe encantada, los pesados terrones polvorientos…. ¡qué bien tus pobres huesos Acecha en la oscura estancia la dueña. rebose de tu copa cristalina, y ama tu tristeza, algunos yertos árboles negrean; Guitarra del mesón que hoy suenas jota, mata tus palabras estudian. . Desde el umbral de un sueño me llamaron… y el alma aúlla al horizonte pálido y de la melomanía . con los ojos abiertos. Suena en la calle sólo el ruido de tu paso; y en un fanal de lluvia Fue otro abril alegre la sola y vieja y noble razón de mi rezar poeta, en el ocaso? sino la ermita junto al manso río; …¡Mi hora! se pierde si no se da. que barren los vientos de la adusta sierra, La vela tronchada parece que nunca se cuentan. Tus ojos me recuerdan. yo sé que os habéis posado. que me traes el retablo de mis sueños Medrosas tiritan tus hojas menguadas. Yo florecí en tu corazón sombrío ¡Oh, figuras del atrio, más humildes, XXIX. y dicen tristezas, inciensos de oro en purpurinas llamas, el traje de una fiesta ¡oh tarde como tantas!, el alma mía era, de tenue voz hoy torna como loba famélica. y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante, el parque mustio y dorado… los claros ojos abiertos, que te vista, sea con agrio ruido abrióse la puerta el prado verde, el sol, el agua, el iris…, de septiembre besa, La hiedra efunde de los muros blancos…. Mas antes que pise más dulce que oyera ventana moruna sobre el juguete encantado, Y me detuve un momento, y el signo de un álgebra vieja de amores. ¿Qué es esta gota en el viento La gloria del ocaso era un purpúreo espejo, era un cristal de llamas, que al infinito viejo. está el placer de llegar. lleva su conseja y escucho su hondo rezo, Un vino risueño me dijo el camino. en los montes lejanos del campo risueño y el huerto soñado, que es el morir. . Comentario de un poema machado 1. La hiedra asomaba Yo caminaba cansado, Este producto: Soledades; Galerías; Otros poemas: Soledades, Galerias, Otros Poemas (Letras Hispánicas) por Antonio Machado Tapa blanda 8,55 € En stock. allí el poeta sabe en el semblante pálido se imprime. la vieja vida en orden tuyo y nuevo? . Me dijo una tarde la espina de una pasión; . Un parque. con nubes grotescas. y sol en el campo envuelto. los árabes albos nocturnos soñares, y clara la pena. . amarillentas hojas. SOLEDADES. amarrada tu barca a otra ribera. y la ola humilde a nuestros labios vino de tu soñar gitano, retablos de esperanzas y recuerdos. . como cubierta de un mago fanal de oro transparente. el frescor de las hojas perfumadas. sobre la estepa y bajo el sol de fuego, . de la iglesia. sonó en el silencio de la tarde muerta. del ayer. y de las rotas capas! ANTONIO MACHADO SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMAS XI a) ¿Qué idea fundamental nos transmite Machado en este poema? llenan el aire de la plaza en sombra Las más hondas palabras iba, arrojando el grave soñar en la llanura… las blancas sombras, en los claros días, En una huerta sombría vagar, envuelto en tu levita larga. . la luna, sobre la plaza! Dime, virgen esquiva y compañera. y el verde nuevo brotaba ante la azul lejanía Los últimos arreboles coronaban las colinas . . ya del cenit declinado, de olitas temblorosas el son de mi guzla y la algarabía de las ciudades muertas!… hasta un rincón de piedra… Allí aparece orilla al mar salado, No canta ya el ruiseñor luego se enciende en el naranjo en flor. Fue esta misma tarde: mi cristal vertía —Nerviosa mano en la vibrante cuerda que evoca las claras estrellas de Arabia sobre la carta de amor, El lienzo de Oriente ¿Sevilla?… ¿Granada?… La noche de luna, dentro del alma, en turbio tibia tarde de marzo hoy es lo mismo que ayer. pero recuerdo y, recordando, digo: Comentario de poemas: Antonio Machado (Soledades, galerías, otros poemas 1907) 2. Dijera la clara cantiga de plata el oro de tu aljaba! me guía a la fuente. que arranca el limo a la tierra. cual tenue ligera quimera, corría atenta al hondo cielo, A la revuelta de una calle en sombra, en los jardines del limonar, brillando ya en el cielo, Pasaron del blanco invierno, El llanto que vierte la luna de abril. En Soledades, galerías y otros poemas encontramos al Machado «misterioso y silencioso». nada sabemos de las almas nuestras. en el azul lejano. . a una caliente noche de verano, del balcón florido, —tal cuando yo era niño la soñaba—. la mirra y el incienso salmodiarán su olor; bajo la paz en sombra del tibio huerto en flor. Dijéraislo, y pronto mi amor os diría y más allá, la alegre canción de un alba pura. la estoica pipa en que el tabaco humea. Y vuelve a sonreír, porque en su rueca Por ello es ideal recomendar, en caso de viajar a la ciudad andaluza, una de sus obras mejores logradas «Soledades, galerías y otros poemas». ¡pobre mula vieja!…. no tendréis digno cantor: y roja flor. el río luminoso el aire surca; Ante el balcón florido, con esa pobre palmerilla enana, En la glorieta en sombra está la fuente VERLAINE. Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario. quebrada por los trémolos sombríos sobre la fuente, negro abejorro Entre los jazmines —La tarde cayendo está—, ¡Gran cantar! amarillas, secas, del mes de julio, bajo el sol de fuego. me evocáis todas las cosas. mal trabado esqueleto de madera. donde habitaba ella, . Para el libro La casa de la primavera, de Martínez Sierra. pintarrajeadas Con él, Machado se convirtió, junto con Juan Ramón Jiménez, en el más destacado representante del Modernismo de corte intimista y … con el aliento que la tierra exhala Luz en sueños. las limpias aguas sonoras! si buscas caminos El hada más hermosa ha sonreído para guardar... Mas ella no faltará a la cita. la luna es un disco morado. volar soñoliento, se aleja y se pierde en la bruma del sol. siempre buscando a Dios entre la niebla. suavemente. Hoy son como avenas locas, dije, y después, declamatoriamente: —¡Cuán tarde ya para la dicha mía! ¡Cuán bello era! Amada, el aura dice de hierro mohoso y, al cerrarse, grave Cerrados postigos, corridas persianas… No puede ser... Camina... En el azul la estrella. a nuestra casa llega. ¡qué pena mirarte, mísero arbolito Como sonreía la rosa mañana calores de rojo hogar, a vuestros ojos un cantar tan puro ¡Oh tiempo en que mis dolores Antonio Machado es uno de los más grandes poetas de la historia y una de las máximas personalidades de Sevilla. y en suave perfume de flora temprana. de las marchitas frondas. el sol que muere; hay ecos de luz en los balcones. silenciosa y pálida, Dijera las danzas de trenzas lascivas, el don preclaro de evocar los sueños. mas cuéntame, fuente de lengua encantada, Bajo la estrella clara, sobre el librote cerrado, como a una muralla vieja: yo te busqué en tu sueño, la más pequeñita, la amapola marchita, tenían lágrimas buenas, ¿quién os trajo a esta castellana tierra que no son amargas y el aire polvoriento y las candelas La primera etapa, con Soledades(1903), inicia una estética modernista y simbolista con su obra ampliada, “Soledades, galerías y otros poemas”. Estas figuras del sueño…. y las doradas abejas sol del día, claro día! hacia la ciudad volvía. donde fabrica su cristal mi sueño, del viejo falucho corolas azuladas que manchan la pradera, Y viendo cómo lucían quiero llenar mi vaso. y es esta vieja angustia ¡Oh tiempo en que mis pesares donde van a morir… Allí te aguardan. ¡Alegría infantil en los rincones volando, soñando…. Bajo el invernadero, reposa en la arena… y el naranjito en su tonel… El agua Fue esta misma lenta tarde de verano. . todos los amores sus almas que sueñan, que tenía mi madre en sus macetas. entre inocente y burlona, va cantando la lección; de cobre, lindos pegasos, sobre un montón de escombros arruinada Anoche cuando dormía La imagen, tras el vidrio de equívoco reflejo, se pierde entre el gentío que los racimos de la vid orea, El agua brota y brota en la marmórea taza. Edición de Manuel Alvar. Pasaba el agua rizada bajo los ojos del puente. que en mi alma reza: Ocultan los altos caserones, XXVI. XXXV. Antonio Cipriano José María y Francisco de Santa Ana Machado y Ruiz (26 July 1875 – 22 February 1939), known as Antonio Machado, was a Spanish poet and one of the leading figures of the Spanish literary movement known as the Generation of '98.His work, initially modernist, evolved towards an intimate form of symbolism with romantic traits. que hacen camino… lejos…. dormido bajo el cielo fanfarrón. trabajaban como abejas! puro y azul. un aire fuerte y seco. Tú no verás del trigo la espiga sazonada Una música tristona, Ama tu alegría que dice al alma luminosa: nunca, desde los brazos de mi madre un día». perseguidas Las hojas de un verde de propósitos discretos! cursilerías viejas, Una tarde parda y fría y sabes que mis lágrimas son mías. Canciones (ocho poemas) 4. la de dentro es la de fuera. Eran ayer mis dolores En el solitario parque, la sonora La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano, que lleva el aroma de floridas preces cegado por la roja luminaria. en montes no pisados. Yo he seguido tus pasos en el viejo bosque, Corría las ondas bien amadas, la luz de los cabellos El limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta sobre el encanto de la fuente limpia, y allá en el fondo sueñan los frutos de oro Es una tarde clara, casi de primavera, tibia tarde de marzo que el hálito de abril cercano lleva; y estoy solo, en el … Deletreos de armonía Pasado el llano verde, en la florida loma, Sólo tienen cristal los sueños míos. Recuerdo que una tarde de soledad y hastío mendigos harapientos de las hinchadas yemas del ramaje, en el salón familiar, Yo abrí las ventanas ¿Que espere? aunque he visto vagar ese que dices y las sangrientas llamas viejas moscas pertinaces Galerías y Otros Poemas. tarde sin flores, cuando me traías . casi de primavera, Yo, como Anacreonte, que en el sueño infantil de un claro día ¡De los jardines secretos, unió a la amargura Únicamente se han corregido errores tipográficos claros.] Siempre fugitiva y siempre El casco roído y verdoso rebotando en los cristales los ríos en las cañas! Este poema se encuentra, ocupando el segundo lugar, en la obra Soledades, galerías y otros poemas, de Antonio Machado, publicada en 1907; no apareció en su primera edición, Soledades, que fue editada en 1903. Tierra le dieron una tarde horrible Monotonía El campo parece, más que joven, adolescente. Y te he visto llevar la seca mano Bajo las ramas oscuras el son del agua se oía. giraban los cangilones de la noria soñolienta. como tizón en espiga, el fruto maduro pendía en la rama, la buena luz del mundo en flor, que he visto contaba la pena. buscando una ilusión cándida y vieja: De balcones y ventanas la nueva miel labramos poeta, en el ocaso? —Si sois una sombra de la primavera algún recuerdo, en el pretil de piedra y que nunca llega: que un ardiente sol lucía en las voces de todos los misterios, dime. Yo iba haciendo mi camino, ¿Mi corazón se ha dormido? ni de quién haya entreabierto mirar de las doradas ¿No ves, en el encanto del mirador florido, pesa en el corazón. bajo la paz en sombra del tibio huerto en flor. que ni labráis como abejas que borra el misterioso azogue del cristal! flota, vellón disperso, tan clara en el cielo! y se abrevó entre las dulces gacelas, y entre los fieros Tal vez la mano, en sueños, dormita volando, acaso está el cercano final de tu camino. . no tu sandalia el soñoliento llano Bajo los ojos del puente pasaba el agua sombría. que una fontana fluía . Humorismos, fantasías, apuntes (quince poemas) 5. también una copla de blanco misterio, . que el polvo barre y la ceniza avienta. Y supo cuánto es la vida hecha de sed y dolor. amor entreabría. tu traje de duelo, que tú querías retener en sueños, que él en sus madrigales llamaba rubias olas, ¡De amarilla calabaza, temblando está de miedo, de calle en calleja. Mientras la sombra pasa de un santo amor, hoy quiero Yo no conozco el hada de mis sueños; «En el corazón tenía En esas galerías, Es una combinación de endecsilabos y haptasilabos. Y ese árbol roto en el camino blanco en el azul celeste. ¡Las colinas toda desdén y armonía; Figurillas que pasan y sonríen El agua en sombra pasaba tan melancólicamente, las alas agudas al viento dorado, Cuando el primer aroma exhalen los jazmines dime, si sabes, vieja amada, dime El paisaje castellano se nos presenta muy subjetivado, pues es ahí donde plasma sus preocupaciones. . aroman las primeras velloritas, VI. Está el sol en el ocaso. Poetas, con el alma con tus naranjitas secas y arrugadas! Y volver a sentir en nuestra mano que ves, sombreaban los claros cantares óvalo rosado de un rostro conocido? con la algazara de sus voces nuevas. o cizaña en sementera, De tu mirar de sombra y la palabra blanca se elevará al altar. donde las pobres gentes casi azules, primavera azul o blanca. blanca entre jazmines, o antigua quimera Donde acaba el pobre río la inmensa mar nos espera». Ante el pálido lienzo de la tarde, LXXVIII. Colmenares de mis sueños una luz de pesadilla. Mi cantar vuelve a plañir: Es una tibia mañana. No hay que llorar, ¡silencio! caballitos de madera. de viejas cadencias, de infancia y adolescencia, y los graves consejos. dijera el aroma letal del harén. y está marchito el huerto. Mas no es tu fiesta el ultramar lejano, divino poeta, XXXVII. de ensueños lejanos, hermana la fuente. Bajo los arcos de piedra el agua clara corría. aromas de una rosa que en el rosal se abría, en mi jardín no hay ya; todas han muerto. llegaban a mis oídos son humo verde que a lo lejos sueña. Prólogo de Ben Clark. y las rosas blancas . y estoy solo, en el patio silencioso, . ¡Ayer es Nunca jamás! mientras con eco de cristal y espuma El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana. su copla plebeya Y yo sentí la espuela sonora de mi paso ni la hermana triste, noche de alegría, el hada más joven como Glauco, el dios marino, esquiva, detén el paso. que calcinó el verano, El aire parece que duerme encantado en el agua serena, sin fondo, del recuerdo, mientras de agua clara de fiesta y de luna, Yo te he visto, aspirando distraído, El Duero corre, terso y mudo, mansamente. quién te pudiera sentir al suspirar fragante del pífano de abril. El autor nos quiere trasmitir, utilizando el atardecer, la caída de la noche, su estado melancólico, en recuerdo de una persona amada, la pérdida de un amor. su adiós me decía…. Ocultan los altos caserones . y todos los amores Y pensaba: «¡Hermosa tarde, nota de la lira inmensa, hermosa tarde, tú curas la pobre melancolía. Leyendo un claro día de las fragancias vírgenes y muertas. El agua en sombra pasaba tan melancólicamente. a otro lado, la tapia blanquecina bajo el sol de abril. la negra nota de angustia está, que usurpa a la luna su trono de luz. casi de primavera. mustio, casi negras Dolores que ayer hicieron del patio moruno, y la serenata . las noches de verano, del amplio río en el caudal sonoro Mi corazón latía . y es una flor que quiere y la noche azul ardía con reflejos mortecinos, del parque solitario, En las sombrías torres por misteriosa mano se gobierna. ¡Oh dulce señora, más cándida y bella No puede ser… Camina… En el azul, la estrella. Su poesía suma la raíz ROMántica de Bécquer y Rosalía de Castro, el simbolismo francés de Verlaine que es sugerente y evocador, y la brillantez formal de Rubén o los parnasianos. jugando, entre el polvo la sola, no hay más que una: y la fría inquietud de sus miradas frente a mi ventana. Sonaban los cangilones de la noria soñolienta. Dentro de un olmo sonaba la sempiterna tijera de tus sueños; muy cerca, peregrino La causa de esta angustia no consigo filósofo trasnochado, Doblar de campanas lejanas, llorosas, distraídamente, repercutir lejana en el sangriento ocaso, Al borde del sendero un día nos sentamos. blanco de la tierra. y alumbras del negro cipresal austero Soledades, galerías y otros poemas Machado, Antonio. al ver la lumbre de una estrella pálida, que ronda a la luna bella; para el sanguinario azor. La verde, quieta espuma del ramaje de mi casa al viento… El viento traía el agua brota y brota. que saben, porque no beben Tras el pavor del morir mi cuerpo y quede a mi sandalia arena. mil sombras en teoría, enhiestas, sobre el llano. en este día triste en que caminas Enmarcado en la corriente modernista, el propio Machado definió el conjunto de poemas como «una poda de ramas superfluas en la poesía española». . El salmo verdadero de cuantos se marchan a ella! Yo odio la alegría que lleva un libro en la mano. . sobre el blanco velo, espino solitario, y sabes mi dolor, mi dolor viejo. pasó por tu puerta —y luego, sombría: ¿Perfuman aún mis rosas la alba frente ¡Gran placer! efunde sobre el blanco paredón, ¿No tiemblas, andante peregrino? el ancho río entre la blanca niebla miró brotar de la arena; junquillos del remanso… Bajo las ramas obscuras el son del agua se oía. todo es negra vanidad; perfume de rosas, dolor de campanas…. Envíos desde y vendidos por Amazon. ANÁLISIS 1) Resumen Antonio Machado es uno de los más excelsos poetas en lengua española. las hadas silenciosas de la vida, noche de alegría. y la pequeña historia, para cantar contigo, ¿Lloras?… Entre los álamos de oro, . . Pero antes, hemos de consultar el … las frescas lluvias de abril. sobre una fuente helada?…. y los ágiles músculos rosados de los pensiles soñados, que sueña mudo. ¡mi corazón te aguarda! al compás de sombra no cesa de reír sobre la concha blanca. y ramas esqueléticas. Para tu linda hermana Hoy, en mitad de la vida, Sobre la tierra amarga, —¿Eres tú? muerta mi alma vieja. Y todo un coro infantil que el lino enroscaba. Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita Moscas de todas las horas. Los golpes del martillo de su antorcha alumbraron ese que llamas salmo verdadero; exhalarán su fresco perfume los rosales, en sueños se le ha mostrado la cruda ley diamantina, ele llanto, el mar que le debe su blanca virgen Scyla. toda sembrada de estrellas. Dentro de un olmo sonaba la sempiterna tijera. Suenan lejos las campanas. de mi juventud dorada; laboran, pasan y sueñan, está el jardín envuelto en luz dorada. y el camino que serpea la obra de un peluquero, del recuerdo, para hacer que los poetas aman ante la azul lejanía, sol del día, claro día! y las campanas sueñan. Sobre la tierra amarga, ¿Será cierto que os vais, sombras gentiles, ronco dormita en el remoto alcor; mal tañida y mal soplada. Era una tarde de julio, luminosa y polvorienta. con su alado y desnudo Amor de piedra, y rebullir de fieras enjauladas. de ondas que pasan, aquellos juncos tiernos, de una música lejana. bajo el cielo azul. Daba el reloj las doce… y eran doce de este rincón vanidoso, oscuro rincón que piensa!». simétricos montículos en los jardines del limonar. ni aun en los días de fiesta. alguna sombra sobre el blanco muro, alas de otra ilusión: —Y todavía el lino de tus sueños. negros todavía—. emerge el sueño ingrave en la palmera, reposa el agua muerta. 1. ¡el viento de la tarde en la arboleda! van encendiendo estrellas. el vino es a veces escala de ensueño. del sol!…» Los niños juegan. y en mi triste alcoba penetró el Oriente Y en la guitarra, resonante y trémula, En 1909, a los 34 años, se casa con Leonor Izquierdo Cuevas, de tan solo 16 años, hija de la dueña de la pensión en la que se hospeda. el viejo aroma de mis viejos lirios? Pesa y duele el corazón. la hora florida brota, su mano seca entre la rota capa. el mar hierve y ríe buscando su negro rincón del tejado. fuente verdinosa ¡Y algo nuestro de ayer, que todavía por la marmórea grada, y vendó tus ojos que los niños cantan de días aun lejanos; . cual frescas lluvias caídas Hoy tiene ya las sienes plateadas, cerca de mí, en negro manto La plaza y los naranjos encendidos a lo largo del sendero… y en su tonel, pintado y de la buena albahaca, y la tarde tranquila pequeñitas, revoltosas; . . se canta: no somos nada. moneda al tahúr prestada, El rostro del hermano se ilumina frente a mi ventana. Tú has dicho el secreto mi juventud bien amada. como Glauco, el dios marino, mira, turbia la pupila. No te verán mis ojos; su clara luz en sueños que platea mis bien amados versos, dentro de mi corazón. vibra el sol como un arpa. Si buscas caminos y el histrión que declama. de la acacia, el viento con olas azules y espumas de leche y de plata, las canciones llevan el tic-tac del reloj. silenciosa y pálida, Suena el agua en la fuente de mármol. que en hilo suave, blanco y silencioso en pos de una oculta plazuela cerrada. Ese aroma que evoca los fantasmas negro crespón del campo?…, ¿Te acuerdas del sol yerto ¿Quién hizo, señora, cristal vuestra voz?…. golpes de azada en tierra… que ensaya inexperta mano. . El mar lactescente, mísero fruto podrido, ¡De quien el fruto prendido tiene Manrique un altar. el agua en tus cabellos!…. —Vendrás conmigo… Y avancé en mi sueño ni de la vid rugosa la uva aurirrosada dentro de mi cuarto. Las ascuas mortecinas (La dueña se lleva el candil.). de cierta noche serena; Entre las cuatro blancas paredes, entre los jazmines Definitivamente, la iglesia, con sus torres afiladas —Sí, yo era niño, y tú, mi compañera. que era Dios lo que tenía Yo voy cantando, viajero Inevitables golosas, ¿Es ella? se queda, mudo y sombrío, que el cántaro llenas Era ardiente porque daba Bajo las ramas oscuras caer el agua se oía. pesadamente, descender hicieron cenizas en los labios… Hoy dista mucho de ayer. que ha de caer como rama que sobre las aguas flota, tener algunas alegrías… lejos, Crear fiestas de amores Entre los jazmines Los colegiales Y algo, que es tierra en nuestra carne, siente con un perfil grotesco. sobre un corcel colorado, hay formas que parecen confusas calaveras. la sed que ahora tienen, entonces tenían. ceremoniosos guardan! fuente, es más amarga que la pena mía. Hotel Maison Carrée y eran como agua de noria para aguardar… Mas Ella no faltará a la cita.
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